Desde el momento en que Eli y yo nos sentamos para planificar este proyecto supimos que teníamos que contar muchas cosas. Tal vez, incluso, contar una historia.
Ella estuvo increíble, a pesar del frío y ese miedo que tenemos todos a enfrentarnos a la cámara y desnudar nuestras emociones. Poco a poco fuimos guiándonos por la luz y por lo que nos decía el propio bosque.